La astrología es el estudio de los astros y de su influencia sobre nuestra vida diaria. Sus orígenes se remontan a los orígenes de la humanidad. Para mí, es un conocimiento mágico entregado por Dios, puesto que todas sus técnicas y su sustento teórico no puede ser explicado desde la lógica racional cientificista que abunda en nuestros días. Lo cierto es que la experiencia ha demostrado que su influencia es innegable.
A través de la astrología se puede pues, predecir hechos futuros y energías que predominarán en determinado momento. También se puede determinar de una manera fiable el conflicto o conflictos que afectan a un ser en un tiempo. Pero no se queda simplemente allí, puesto que su utilización para adentrarse en las más profundas honduras del alma, permiten al estudioso hacer un diagnóstico claro del proceso que vive el consultante. No en vano Carl Gustav Jung, afamado en el estudio de la psique humana, la utilizó para ayudar a sus pacientes.
Existe el estudio de las cartas natales, que sirve para conocerse a sí mismo. Se trata de nuestra huella cósmica (distinta en cada uno) y que nos muestra nuestras virtudes y falencias, nuestro camino y nuestra forma de recorrerlo. Es una herramienta sumamente poderosa para aprender a convivir con nuestras propias contradicciones para superarlas y vivir más acorde con nuestro sentido último de la existencia.
También hay otras herramientas como la revolución solar, que sirven para entender las energías que se movilizarán en cada año que comienza luego de que celebramos nuestro cumpleaños. Dicho estudio es fundamental para comprender los peldaños hacia nuestro crecimiento.
En cuestión de relaciones sociales de todo tipo, la astrología también cumple un papel fundamental en su comprensión. Cada vínculo que establecemos a lo largo de la vida está movido por distintos intereses u objetivos y nos marca de formas diferentes. Así por ejemplo, una relación amorosa muchas veces no es más que una forma de crecimiento en la que un ser le enseña al otro el valor de la responsabilidad y el otro a su vez recibe el entendimiento de la descompresión. Todo ello se puede estudiar cuando se comparan las dos cartas y se entiende la sinergia resultante. Dicho estudio es conocido como sinastría y es especialmente valioso para entender las relaciones amorosas y comerciales.
Por último, tenemos los tránsitos, nombre con el que se conoce al estudio de los movimientos de los planetas y la forma en la que afectan a nuestra carta natal. Es decir, todo en la vida es movimiento, y los planetas, que no cesan de moverse, actúan sobre nuestras vidas de acuerdo a los contactos que establecen con nuestra huella cósmica. Comprender la naturaleza de los tránsitos nos da el poder de transformar y de vivir con mucha más tranquilidad y confianza los cambios que la vida nos trae.
Existen un sinfín de estudios más alrededor de la astrología, que por el momento solo mencionaremos, pero que no son menos importantes. Así pues, tenemos las Fardarias, la geolocalización astrológica, la carta lunar, etc.
En conclusión, la astrología es una herramienta que nos hace más conscientes de nosotros mismos y que permite encarar las transformaciones y crisis con mucha mayor confianza en la vida. En una consulta astrológica, el consultante puede recibir una orientación que le puede servir para encarar la vida con una mayor comprensión y sin miedo. Recordemos que todo en la vida tiene un sentido y que el hecho de que no lo comprendamos nos hace menos poderosos. La vida es un camino que ha de recorrerse con la confianza en el plan trazado y el método astrológico es la luz para despejar la oscuridad.
