Más allá de todas las definiciones que enturbian el sentido último del Yoga, en este artículo nos hemos propuesto hacer un resumen a grandes rasgos del término y de sus implicaciones en la vida de un practicante.

Una disciplina que cada día gana más adeptos

En el último tiempo hemos visto cómo Occidente se ha abierto a un sinfin de disciplinas provenientes de oriente, en su afán por hallar una vida más completa y tal vez, abriendo los ojos a una realidad que lo hace infeliz. Se trata de una búsqueda espiritual que se aleja de la naturaleza más materialista y pragmatica que ha caracterizado a la sociedad occidental.Y sin lugar a dudas el yoga ha ocupado un lugar preponderante en esta apertura.

Hace un par de décadas era imposible imaginar el alcance que la práctica de yoga iba alcanzar. Hoy en día es fácil ver en el paisaje a un joven con su colchoneta de yoga paseando por los parques, a varios practicantes en los jardines estirándose en las posturas más extrañas y a estar expuesto a gran información al respecto. Algo debe haber para que se sumen cada día más y más practicantes y queremos averiguar por qué se práctica y más importante, comprender qué es.

Pero, ¿a qué se refiere el término Yoga?

De acuerdo con Patanjali, el yoga se define como el cese de las fluctuaciones de la mente. Y es allí donde el ser se encuentra en su verdadera forma y percibe directamente la conciencia divina (lo supremo). Es decir, que el yoga está mucho más allá de las posturas (denominadas asanas), pues se trata de un camino espiritual completo.

Para Iyengar, la definición de yoga, de gran amplitud, es mucho más accesible a nuestro lenguaje: “El Yoga es una ciencia pragmática e intemporal, desarrollada a través de milenios y que trata del bienestar físico, moral, mental y espiritual del hombre como un todo”.

Pero el yoga, como muchas de las disciplinas ancestrales, no se ocupa tanto de las definiciones ni de los conceptos, pues es más importante la acción en sí misma. Los razonamientos, un vicio del hombre occidental, escapan a la profundidad de las enseñanzas que se pueden alcanzar en un momento de verdadera meditación, puesto que las palabras suelen ser insuficientes para describir las bondades del infinito ( a las que puede acceder un avanzado estudiante).

Entre los propósitos del YOGA está: el autoconocimiento, el autoestudio, la claridad y dominio mental, el control de la respiración, la trascendencia de los sentidos, el bienestar del cuerpo, la libración de estados de baja frecuencia, la meditación, la concentración, la contemplación, la entrega absoluta a lo supremo y la acción desinteresada.

Recorriendo estos cuatro caminos se consiguen los anteriores propósitos. Pero el practicante debe entender que lo importante no es el fin, sino el recorrido del sendero. La mente occidental, para quien los resultados lo son todo, puede chocar con la idea del yoga de desprenderse de los resultados y concentrarse en el camino.

Los cuatro caminos ancestrales son: BHAKTI yoga: Entrega absoluta a lo supremo o a lo divino, hombre en rezo. KARMA yoga: Acción desinteresada y desapegada al resultado, hombre en acción. JÑANA yoga: Estudio del conocimiento sagrado, hombre en estudio. RADJA yoga: Disciplinas para alcanzar la contemplación de lo supremo, hombre en meditación.

Reiteramos entonces que el yoga no son solo las asanas (posturas de yoga). Las ASANAS (posturas), PRANAYAMAS (técnicas de respiración) y PRATHYHARA (trascendencia de los sentidos) es lo que practicamos en las sesiones de yoga y construyen el HATHA YOGA. El Hatha Yoga es parte esencial del sendero espiritual del RADJA yoga.

Un practicante avanzado con disciplina, después de practicar Hatha Yoga y por medio de la concentración en el interior (DHARANA), consigue el fin último del Radja Yoga: DHYANA (meditación) y con esta el SAMADHI (la contemplación de lo divino).

Beneficios de la práctica de yoga

Debemos partir de la premisa de que si el yoga ha soportado el juicio del tiempo debe ser porque es una disciplina verdaderamente valiosa. Pues si el yoga no propusiera grandes cambios y resultados en el practicante, de seguro sus enseñanzas estarían perdidas.

En primer lugar hay que señalar los beneficios que más fácilmente se observan, es decir, aquellos más superficiales. No se trata sin embargo de algo de poca importancia. El yoga, como es de común entendido sirve para darle flexibilidad al cuerpo, mejorar la postura corporal y hasta adelgazar y tonificar músculos. Pero también mejora la respiración, da fuerza, libera tensiones y da vitalidad.

Hay que decir, que como ya ha sido señalado, el yoga no se reduce meramente al aspecto físico. Y aquí hay que tener cuidado puesto que Occidente con su culto al cuerpo, ha desvirtuado mucho de su esencia, puesto que lo convierte en un mero acto de gimnasia o peor aún, en un espectáculo circense lamentable que se olvida de su carácter completo.

Más allá del cuerpo, el yoga aquieta la mente. El incesante ruido que es la mente para el hombre moderno puede calmarse con la práctica. Este ejercicio disminuye paulatinamente los miedos y las angustias y genera una mayor claridad. Con la claridad se resuelven mejor los inconvenientes de la vida rutinaria y se vive de mejor manera. Una mente clara y serena, además, permite una mayor concentración y foco y una inteligencia más despierta.

Pero si tenemos en cuenta que la salud es la consecuencia de una perfecta armonía entre el cuerpo y la mente, podemos concluir que el yoga es una disciplina terapéutica que sirve para prevenir males y hasta para mejorar malos estados de salud. Entendemos que desde la visión mecanicista de la medicina moderna el planteo de la salud como armonía cuerpo-mente no es correcto, pero sin ánimo de convencer, entendemos que todas las llamadas enfermedades surgen como consecuencia de desbalances en nuestra vida a nivel mental, biológico y espiritual, en consonancia con el cuidado del cuerpo. Así lo dice, por ejemplo, Beyudi Menuhin: “La práctica del yoga durante los últimos treinta años me ha convencido de que la mayor parte de nuestras actitudes fundamentales para con la vida tiene su correspondencia física en el cuerpo”.

El yoga, es en últimas, una forma de desbloquear canales energéticos, permitiendo que la energía fluya de forma natural. Y si la energía circula sin contratiempos, vibramos con el universo y abandonamos esa idea de soledad y competencia imperante en nuestra realidad para hacernos uno con el infinito y su inagotable ser.

Conclusiones

  • El yoga es una disciplina que ha resurgido en todo el mundo como resultado de un pequeño despertar en la humanidad y como forma de buscar respuestas trascendentes.
  • El yoga es una disciplina que ha resurgido en todo el mundo como resultado de un pequeño despertar en la humanidad y como forma de buscar respuestas trascendentes.
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